miércoles, 9 de junio de 2010

Tetas que hablan

Conferencia de mujeres irritadas.
Picazón de orejas a los hombres, pitos flotantes, rodantes, vivientes.
Objetos sexuales latentes, corazones pedregosos. rotos en femenino.
Manualidades realizadas por ellos, sangrando sus labios se expresan " saben lastimar", retuercen mi dolor... a ellas se suman otras voces acusadoras, como el dedo índicer que indica lo mismo.
El fin es defenestrar la raza varonil y yo no me niego.
Club de desahogo en maza, con olor a desilusión y una mezcla a perfumes florales, el chivo está en el horno (me estoy por quemar).
Mientras prenden fuego sus recuerdos saco las cenizas del pasado como para revivirlas, pero la muerta ya es conmigo.
Mi luto está de pelo, mis uñas también, los ojos se mantienen rojos (todavía no se destiñeron).
Puteadas retumban en toda la sala, trago saliva y observio...
Ceños fruncidos por doquier.
Cigarros temblando (yo estaría igual en su lugar pero a mi ni me tocan), es más, creo que no notan mi presencia. Tanta tensión opacó mi asistencia.
Estoy ausente con la cola pegada a la silla, ni meter bocado, misión imposible entre tantas fieras domadas salvajemente.
Me mantengo fuera de la conversación sin perderme detalle alguno, hasta que una de tantas me pregunta que opino.
-Y... es complicado (salida fácil) ni punto al final de la o que ya seguían debatiendo.
Realmente estaba de más asi que aproveché a sumarle a mi escusa de irme que no me gustaban las matemáticas.
Me paré, saludo general que no respondieron, portazo a la puerta (el viento me ganó de mano), me dio una, yo le di la otra y empecé a caminar sin perder el tiempo que ya había perdido